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Fall from Grace

Mis amigos de El Confidencial se marcan este artículo sobre la inquietante presencia de Google sobrevolando nuestas cabezas.

Son legendarias las peloteras que tengo con mi amigo Enrique Dans, que es un Google branded, de los que casi todo lo que hace Google le parece maná del cielo y las suspicacias injustificadas y alarmistas.

¡ A jugaaar !

¡ A jugaaar !

Básicamente, y por no introducir demasiadas referencias pesadas, mi postura es parecida a esto que le comenté:

No voy a entrar al trapo, Enrique. Pero si “completamente personalizadas”, a tu juicio, significa “condicionadas por todo lo que Google haya podido sniffear, de maneras directas, indirectas, activas, pasivas y circunflejas” tenemos diferentes conceptos de lo que es personalización.

Lo siento, pero hay otra manera de conseguir mejorar . Y eso pasa por conocer los mecanismos que regulan la personalización, de lo que Google tiene un track record impresionante de ignorar olímpicamente.

Porque realmente no hay personalización posible sin dos cosas:

A) Confianza mutua y complicidad

B) Una propuesta de valor para el intercambio positivo de datos

La respuesta a estas dos premisas por parte de Google es pisar más y mejor el pedal del sniff.

Por eso creo que Google va a ser el próximo gran player en tener un tremendo «fall from grace» , siguiendo los pasos de IBM y más recientemente, de Microsoft. Esa gran corporación que crece de la nada, se convierte en una potencial dominadora del mundo y termina siendo vista con suspicacia en el mejor de los casos.

Digan lo que digan los de Prometeus.

Señor Brin, no me indexe si quiere. Alguien llegará a este post de algún modo.

1 comentario

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No le tengo manía a Google…

… pero es que no hace más que cagarla en su estrategia publicitaria, en su aparentemente imparable proceso de gigantismo.

Y no es que lo diga yo, que soy un pelafustán, sino que lo dice Seth Godin.

Mucho ojo, que le puede pasar lo que a Microsoft: En su imparable carrera por tocar todos los palos, terminas descuidando tu cash cow. Y las imprudencias se pagan.

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